Un poema de mi adolescencia...
Nunca besarás más
quel vino moribundo
desta lengua.
Jamás entrarás
en el palacio rojo de la venganza
simplemente,
porque no te mereces ese cuchillo.
Tampoco lamerás el néctar
oscuro y dulce
vaciado en las copas de la navidad
Oh siniestro silenciador del jadeo
de la excitación tácita de la mirada
al grito húmedo
atajado por tus manos gigantes
Narcisito, venga pa´cá mijito
aquí lo espero eternidades
con un pedacito de espejo
listo para cortar su carne.