Vistas de página en total

jueves, 10 de febrero de 2011

La Guinda de la Torta

El taco alto me va matando de a poco, pero endurece las piernas. Esto de ser puta requiere de trabajo arduo. Suena el teléfono, respondo lo mismo, anoto lo mismo y me despido de la misma forma. Voy al baño. Me levanto lenta, la falta ahora plagada de brillos, bajos las medias caladas, los calzones caros y me miro el culo al espejo, "por este me deberían pagar mínimo 100", me digo riendo. Salgo del baño, entrando al bar, hay un ambiente caluroso y húmedo que me excita. Soy la guinda de la torta.  Entro suave, sádica, sabiéndome la más caliente y experimentada, me siento en la barra cruzando las piernas suavecito, pero con fuerza para estimularme. Levanto la mano y el barman, decodifica mi pedido, algo fresco, él me sonríe, me conoce, sabe que soy la serpiente, sabe qué darme, sabe que mis fines reproductivos son lo que valen mis besos. Suena el teléfono, respondo lo mismo, pero con otra voz, anoto lo mismo y me despido agitada. Doy el primer sorbo, sé que alguien se acerca. Me vuelvo antes que traspase mi distancia proxémica pre-coital y le pregunto qué quiere, que cuanto, que vamos, que todo, pero que los mandamientos, los escribo yo. Suena el teléfono, respondo lo mismo con voz sensual, anoto, me despido y solicito que vuelva a llamar. Lo monto sin preámbulo, le doy con fuerza toda mi violencia, alguien toca mi hombro. Son las 6. Casi todos se han ido. Avergonzada me levanto del escritorio y salgo a la calle para tomar la micro. En casa, mi madre me espera con la once servida. La miro y me veo, con todo el absurdo de la no-vida. Esa especie somnolencia con la que nos paseamos por la existencia. Arriba, mi hermano canta "ni dios, ni dios, ni aamo" y tiene razón.

                                      

7 comentarios:

  1. este poema me gustó menos...
    creo que la prostitución y ese jugueteo patriarcal por más palabras exitantes que tenga no me deja de asquear, simplemente no lo comprendo ni comparto, no por una razón de vieja pechoña, ni moralista sino porque creo que la explotación del cuerpo de la mujer es la madre de todas las explotaciones, sumado al intercambio monetario, es tambien una explotación de clase.
    Me gustan más tus poemas de puro places y goze puta iluminada

    ResponderEliminar
  2. Respecto de la prostitución, estamos plenamente de acuerdo. Por lo mismo escribo harto sobre ella. Aer, me explico. Pienso que la Puta pasa a ser un más que un trabajo o personaje, un imaginario femenino, muy poderoso. El revés de la vírgen maría. Por lo tanto lo uso como recurso creativo recurrente. Además, debo reconocer que es mi fantasía más recurrente, también. A pesar de ser una feminista convencida. Lo siento, tengo mis contradicciones!!! jajaajaj

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. la puta me produce desconfianza...uno se puede pingar alguna cosa....pero es mi fantasia una mujer que sea sumisa (van a saltar las feministas)...sumisa sexualmente...y aplicarles una o dos horas de esclavitud sexual....

    ResponderEliminar
  4. O sea a nadie le gustan moralmente, pero todos quieren ser una o tener una...

    ResponderEliminar
  5. exactamente... nos gusta, pero nos asusta. Yo creo que las feministas (y todos, para qué excluir) debiéramos tomar el poder ofensivo de la puta y usarlo como bandera de lucha... mal que mal, las putas, históricamente, han sido quienes han manejado poder desde una especie de institucionalidad marginal, que no es el estado ni las fuerzas armadas ni nada de eso.

    ResponderEliminar
  6. Pueden ser por algo consideradas como las profesionales más antiguas.....explotando la debilidad del hombre....

    ResponderEliminar