Las tías repiten: cásate / La madre resucitada
"¿no le gustó la cosita?" / al pie de la cama,
insiste la vecina / reclama su trono,
con un ojo triste mirando / la sádica,
y el otro, / para sentenciarme a muerte.
obligadamente oscurecido / sonriendo, dice, cásate.
Y yo, como tú,
embrionaria,
pensando la fugacidad
de la duda y el placer
Y los 9 meses, tan largos y la vida completa, sin nada. Se me presenta el recuerdo de mi fiesta bautismal, el día en que lo elegí mi sacerdote. Cuanta felicidad, cuando entró a coronarme. Mal por mí, concebí aquel día funesto.
Y tú mandas ahora, pequeño mío, llevando en la sangre, la enfermedad que me aqueja.
Lo entiendo y te sigo, un abrazo!
ResponderEliminarJo-c